mi vida en cristo

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genevic COLOMBIA

lunes, 8 de octubre de 2012

iniciar el año


Sueña, planifica y cree en el Señor para cumplir tus metas y lograr tus objetivos, aunque parezcan imposibles.

Cuando terminamos un año, es importante meditarlo y evaluarlo.  Puede ser que encuentres muchos logros y también fracasos. Por ambas cosas, debes dar gracias a Dios que te dio la oportunidad de vivirlos y aprender de ellos.

José, llamado “El soñador”, es uno de los grandes hombres de fe que la Biblia nos presenta. Él nunca dejó de creer en la Palabra y nos enseña que perder en algo, no significa ser derrotados. En Cristo Jesús, sabemos que todo obra para bien. Los momento difíciles también son pasos hacia nuestros sueños. 

Así lo vivió José a quien Dios le había otorgado dos sueños de grandeza. Cuando los contó a su familia, se ganó la envidia de los hermanos. Lo mismo puede sucedernos. 

Al contar nuestros sueños, corremos el riesgo de ser menospreciados o envidiados. Por eso, es mejor ser cuidadosos y rodearnos de gente positiva que apoye nuestros anhelos.
La Palabra en Génesis relata que los hermanos lo tiraron en una cisterna, es decir, un pozo vacío. 

José estaba allí dentro, en lo más profundo y su impulso no era continuar excavando sino ver hacia arriba. Su sueño estaba en peligro, por lo que intentaba encontrar una salida, elevando sus ojos al cielo, buscando ayuda. Al final, su sueño se hizo realidad y aunque fue vendido como esclavo, llegó a ser un hombre poderoso que salvó del hambre a su pueblo y al imperio más grande sobre la tierra.

Muchas veces necesitamos que nos metan dentro de un pozo para que meditemos y reactivemos nuestros sueños. A veces, hay que tocar fondo para comprender que la única solución es levantar los ojos al cielo y pedirle ayuda al Señor. Nuestro Padre nos da la esperanza cada nuevo año y nos regala un espíritu renovado para soñar.

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